Manifiesto, sueños de un militante socialista

El año, 2002, un grupo de antiguos compañeros de generación del Partido Socialista de Chile, nos juntamos a conversar y reflexionar sobre nuestra historia, nos unían varias cosas en común todos pertenecíamos a la "Generación de los 80" aquella que derrotó al tirano en las calles, todos entre los 30 y 40 años y todos desconformes con el rumbo que nuestro querido Partido había tomado después de la caída del tirano.

Aquí comparto con ustedes un papelógrafo que escribí para uno de los tantos encuentros que tuvimos, y que explica el porque después de más de 15 años de militancia fui marginado de mi amado y querido Partido Socialista de Chile.

I- Der Ruff (el Llamado)
Del medio de la desesperanza, la indiferencia y el miedo, emerge nuestro grito libertario, socialista y necesario, y tomando la idea del poeta Mayakovski “Si encienden las estrellas es porque alguien las necesita”, si emerge nuestro grito rebelde y socialista es porque la sociedad y nuestro continente moreno nos necesita.
Somos parte de una generación, que se crió en la dictadura, que luchamos alegremente contra de todo lo que ella representaba, no hicimos más mi menos de lo que hicieron cientos de jóvenes que valientemente consagraron sus esfuerzos para echar al dictador asesino y conquistar la democracia, somos parte de aquellos que levantamos entusiastamente las banderas de justicia social, libertad y solidaridad, de aquellos que creímos y creemos que democracia no sólo significa, concurrir de vez en cuando a las urnas para elegir a alguna autoridad, sino que es mucho más, significa ser participes en la construcción de la sociedad. Porque tuvimos coraje el pasado, tenemos derecho a exigir y a ser escuchados.
Somos de aquella generación que sin dogmatismos asumimos el socialismo no como un simple slogan sino como una forma de vida, recogemos con respeto tanto, las enseñanzas de un Marx, un Lenin, un Gramsci y un Bourdieu, como los aportes del cristianismo social como Guardini y Rhaner, de Congar, Merton y de los teólogos de la Liberación, acogemos con entusiasmo los aportes de un Marcusse, Habermas, y de Adorno, nos emocionamos con los ejemplos del Che Guevara, Salvador Allende, Miguel Enríquez y de Carlos Lorca y de muchos más que consagraron sus vidas por hacer un mundo más digno y mejor para todos.
No nos avergonzamos de creer en utopías, en un mundo que prefiere ser progresista, nosotros asumimos ser izquierdistas, que prefiere la inmoralidad liberal optamos por la moral revolucionaria, que prefiere ser liberal nosotros reafirmamos nuestro compromiso por el socialismo, porque el desafío de la modernidad no es el abandono total de nuestros sueños, sino por el contrario, es cómo construir en libertad, un sistema que garantice la justicia social, la solidaridad y la felicidad para todos y cada uno de los ciudadanos.

El desafío es terminar con los abismos sociales que separan a ricos y pobres, es volver la mirada en el hombre y la persona, y no hacer la reducción social entre consumidores y no consumidores, es vencer los “temores” a la incertidumbre, los temores al otro, pues uno de los productos que genera la execrable sociedad neoliberal en la cual estamos insertos, es la desconfianza en el prójimo, creo que ahora no hay acto más valiente y revolucionario que tener una mirada acogedora y cariñosa con los que nos rodean, esto puede sonar cursi, pero el Che ya nos dio pautas al respecto, cuando se refería a la “ternura revolucionaria” y como no recordar a Camilo Torres que en una entrevista sintetizo el ideal revolucionario como el “mayor gesto de amor”, en una sociedad que genera y fomenta la hipocresía, el individualismo y la desconfianza, el generar vínculos, confianzas y tener una actitud acogedora son actos revolucionarios y sediciosos, amigos, seamos una vez más sediciosos como lo fuimos en el pasado para terminar con el dictador asesino, seámoslo ahora, para vencer a las oscuras y malignas fuerzas del neoliberalismo.

La modernidad nos enfrenta a nuevos desafíos, la tarea es cómo desde el socialismo ofrecemos respuestas y soluciones, y por sobre todo ofrecer sueños y esperanzas ha nuestro pueblo.

No le temamos a la modernidad, pues reitero nuestra lucha, nuestro enemigo, es el mismo que hace 100 que hace 1000 años, son los impulsos más viles que tiene el hombre, que son el egoísmo, el hedonismo y la falta de alteridad, que tienen su expresión ideológica en el neoliberalismo, no nos engañemos, hay como ayer se siguen muriendo niños de hambre, por una mala atención de salud, por malas condiciones de vida, hoy como ayer, lamentablemente un niño pobre está condenado a seguir siendo pobre y discriminado. Esos son nuestros enemigos, y nuestra respuesta es la misma de ayer el socialismo, evolucionado para las nuevas realidades, pero con los mismos valores, de solidaridad, justicia y hermandad.

La modernidad y la globalización, más que un escollo, es el desafío, de generar un proceso de lucha de clases global, volver a la utopía de un mundo sin fronteras, y convertir las futuras guerras, no en luchas entre países sino entre explotados y explotadores, amigos, esta idea no es nueva, el camarada Lenin ya la planteó el año 1915, en una conferencia en relación a la primera guerra mundial, hermanos globalicemos la lucha de clases, que esa sea nuestra respuesta frente a la globalización.

II- El Partido que queremos.
El Partido Socialista de Chile, el del compañero Presidente Salvador Allende Gossens, tiene por misión principal encauzar las utopías populares. Tiene que ser un ente vivo, que tenga brazos comunicantes todos los entes vivos de la sociedad civil (en términos Gramscianos) y Por tanto, a diferencia de algunos, creemos que el Partido Socialista, debe ser un partido vivo, participativo y fraternal, abierto a la comunidad y a los grupos intermedios, donde se sueñe el país, y donde se encuentren las fuerzas vivas de la sociedad, los trabajadores, los estudiantes y pobladores, con los intelectuales, profesionales y autoridades de representación popular.
El Partido Socialista, tiene que volver a ser aquel que representaba con entusiasmo y coherencia, los sueños de los pobres de los marginados, el mismo que soñó con la República Democrática de Trabajadores, el mismo que fue capaz de albergar a lo más variado de nuestro Chile, pero jamás perdiendo su norte, de ser el Partido la clase Revolucionaria. Lamentablemente, la opción claudicante ha ganado en su interior, al formar parte de la concertación, es así que a muchos nos indigna ver que un presidente que se dice socialista siga al pie de la letra el modelo económico y social que nos dejó la dictadura, pero no nos desesperemos, aún quedamos algunos que todavía tenemos esperanzas, y que no asumimos la tercera vía de los lagos, los giddens, los felipe gonzáles entre otros…

III- La Cultura.
Es un aspecto fundamental en nuestra labor política, la supuesta derrota de “los socialismos” si es que efectivamente se ha producido, ha sido por la incapacidad de nuestro sector en enfrentar los desafíos en el mundo de la cultura, se ha impuesto en el inconsciente colectivo el individualismo, la indiferencia e irresponsabilidad frente al prójimo, una mirada arribista, donde el éxito se mide por factores tan fatuos como el consumo, y la acumulación. Esto no es producto del azar, es fruto de una concepción ideológica que pone como centro del ethos y del pathos al mercado y a sus supuestos valores (nosotros creemos que carece de tales), es fruto de la política neoliberal que se impuso por la fuerza y que lamentablemente la concertación ha seguido al pie de la letra, esta “cultura” se ve reflejada en los valores sociales, que se manifiestan a través de los medios de comunicación social, a través de los programas educacionales he incluso a través del lenguaje.
Recordando al maestro Chomsky sobre la determinación del lenguaje en la cultura, debemos ser capaces de generar un discurso y un lenguaje capaz de trasuntar los valores del socialismo, y retomando la importancia que Foucault le da al lenguaje y al discurso como determinante de un sistema social, debemos ser capaces de posicionar un discurso coherente y articulado que sea generador del cambio social al cual como revolucionarios debemos aspirar.

El Socialismo, es por tanto, una opción valórica que debe permear a través de la cultura a toda la sociedad, debemos por tanto, tener presente al maestro Antonio Gramsci que decía “La supremacía de un grupo social se manifiesta de dos modos, como «dominio» y como «dirección intelectual y moral” (1) en el sentido que tanto la cuestión de la dirección intelectual y moral que señalaba Gramsci y su dimensión material, se conecta direc­tamente con el problema de la dominación ideológica, en la medida en que en el plano de la ideología no se expresa únicamente el consenso, sino que el aspecto de dominio aparece en múltiples formas, muchas de las cuales remiten directamente a la coerción, especialmente a través de la cultura.

Por consiguiente, es urgente la necesidad de salir del estado de derrota, producto de la caída de los “socialismos reales” (aunque preferiría llamarlos irreales”) y enfrentar el campo de batalla, desde una perspectiva holística, tomando como frente principal de lucha la cultura, y a través del cambio del pathos y del ethos sociocultural generar nuestra revolución socialista.

IV- Palabras finales.
El ¿Qué Hacer? Ha dado motivo de un sinnúmero de artículos, entre ellos el célebre libro de Lenin, del mismo nombre, este breve pasquín sólo ha tenido la intención de motivar una discusión necesaria y urgente, teniendo la conciencia histórica de que si nosotros no tomamos con valentía y optimismo la tarea de luchar por el socialismo que dicho en términos románticos no es más que la lucha por la felicidad del hombre, nadie lo hará, no renunciemos al sueño del hombre nuevo.
En el cómo hacerlo, les adjunto una propuesta a considerar.

1- Hacer notar nuestra presencia, es necesario terminar con la timidez, seamos orgullosamente socialistas, esto significa terminar con el estado de derrota, y asumir una actitud combativa frente a los problemas sociales.
2- Terminar con el travestismo mental y político de sentirnos Socialistas y de apoyar y ser parte de un gobierno neoliberal, por lo anterior, creemos que el camino más sensato es el retiro de nuestro sector de la coalición neoliberal que ha gobernado nuestro país desde la caída del tirano pinochet.
3- Redescubrir la cultura socialista, y ser valientes en defenderla no importando ir contra la corriente del hedonismo, de lo fácil y banal, redescubrir la belleza de nuestros valores que nos son propios como la solidaridad, la participación y el respeto por cada uno de los miembros de la sociedad .
4- Creación de los medios difundan nuestra cultura que puedan atraer y reencantar las nuevas generaciones a sumir nuestras propuestas, aportando imaginación y generando lo que Bourdieu llamaba “El poder simbólico, a través de la legitimidad cultural”[2].
5- Fomentar a través del trabajo académico, el acercamiento con otras fuerzas de izquierda.
6- Ser valientes y revolucionarios, en encender estrellas en el cielo gris del neoliberalismo, ¡Encendamos las Estrellas del Socialismo Ahora!

Para terminar, sé que la tarea es difícil y requiere nuestro mejor esfuerzo, pero retomando a Mayakovsky, hay que encender las estrellas, porque al igual que el socialismo, las grandes masas de marginados nos necesitan, seamos valientes en asumir la misión, y que como le dijo el Quijote a Sancho Panza “Si los perros ladran es porque caminanos” hagamos ladrar a los momios y a los liberales, que se asusten aquellos que defienden y fagocitan del sistema neoliberal heredado de la dictadura y defendido por la concertación, que se alegren aquellos sin voz, aquellos que el mercado ha dejado al margen, que se alegren los que son capaces de soñar con un mundo donde triunfen las banderas de la libertad, de la igualdad y del socialismo.

Muchas Gracias Compañeros y suerte en este hermoso proyecto.
Dixie Et Salvasi Animan Mean .
Esteban José Montiglio Ordenes.

(1) Antonio Gramsci: “De Maquiavelo a Lenin”. Editorial Paidos, Bs. Aires Argentina, 1989, p. 30
(2) Pierre Bourdieu: “Campo de Poder, Campo Intelectual”. Editorial Quadrata, , Bs. Aires Argentina, 2003, p. 26.